Hacer pedazos el Guernica.

En 1993 la revista Poesía troceó el Guernica de Picasso en 532 pedazos, a escala 1:1.
No es un puzle: los cortes, rigurosamente rectangulares, vienen impuestos por las necesidades de maquetación; las piezas aparecen ordenadas, la numeración en el margen indica el sitio que deben ocupar en una posible reconstrucción. No es un puzle: es un mapa, el que pensara Borges en El hacedor, coincidente con el territorio, así lo presenta la revista.

No es un mapa: es el cuerpo amado, cuando está próximo, cercano, cuando es cuerpo y es amado, cuando pierde su unidad y se fragmenta en infinitas porciones de carne más o menos morena, más o menos peluda. Por amor al cuerpo (amado) somos capaces de renunciar a su entera visión, a la aprehensión completa e instantánea de su forma que fue, sin embargo, la que nos sedujo y atrajo. Hacemos el viaje del todo a la parte, a las partes. Y cuando se acaba el acto (amarse siempre es un acto) volvemos a tomar distancia para asegurarnos de que sigue ahí entero y verdadero, por si la próxima vez.

No es el cuerpo: es pintura. En negros y blancos que nunca o casi nunca lo son. Rayas, manchas, puntos, trazos. Es el mayor argumento posible contra quienes continúan dividiendo la pintura en abstracta y figurativa; lo es porque no necesita ningún discurso para anular la tramposa diferenciación. El argumento se impone, con total ausencia de pudor, al ojo que mira. Sin pudor y con alegría.

No es pintura: es la fotografía de una pintura que a su vez lo fue de ciertas ideas que habitaron entre nosotros con el nombre de realidad. Es la representación de la representación de la realidad. Es la representación de la representación de cuan fácil es matar y de la desgarrada complejidad del morir cuando se defiende la vida.

Es una representación encuadernada (sutilmente): es una revista. Pocas veces una revista lo fue tanto: re-vista, volver a ver, ofrecer la oportunidad de mirar de otra forma lo que ya se había mirado. ¿Queda alguien por ahí que no reconozca el Guernica? Sin embargo, atracción fatal del fragmento, mi querido Barthes, aquí todo vuelve a ser descubrimiento, invención, poesía.

Fiel a sus exquisitos modos, la publicación ofrece en volumen aparte un minucioso estudio de Josefina Alix en el que se recoge la historia del cuadro. Una delicada intención didáctica se ocupa con parecido interés de la producción artística paralela a la ejecución del Guernica como de las sucesivas legitimaciones de la propiedad por parte del estado español, por citar los extremos entre los que se ofrece información variada referida a los amigos de Picasso, a sus mujeres preferidas, a su manifiesta toma de partido del lado de la República, o a las geografías recorridas por el lienzo.

La revista Poesía se publicó con puntual irregularidad desde 1978 a 2005. En la biblioteca de La CALA hay veintisiete de los cuarenta y cinco números que conforman la colección completa; todos están agrupados en la tercera estantería de la parte de abajo, contando desde el muro que da a la era, excepto este doble 39-40 que está en una estantería cerrada con cristal, junto a otros libros de Picasso y de arte surrealista.

Leonardo Sciascia escribió a propósito de Picasso: “La grandeza de Picasso no está por decirlo de manera aproximada, en la vanguardia, sino en la tradición. O sea: no contempló el futuro sino el pasado, lo que ya había sido hecho y que él, con su grandísimo y febril talento, ya no podía hacer. Podía únicamente disgregar, descomponer, deformar, muchas veces con ironía, otras con desprecio, siempre con la rabia de haber llegado cuando ya todo había sido hecho. Recorrió así toda la historia del arte, y también todo el arte sin historia. Y dijo sobre el hombre, sobre el pasado del hombre, reinventándolo, rehaciéndolo, todo aquello que hoy niegan los imbéciles.” El texto puede leerse en Negro sobre negro, un diario que va de 1969 a 1984. En la biblioteca de La CALA hay un ejemplar editado por Bruguera, y traducido por Joaquín Jordá; está en la estantería de narrativa extranjera, en el balcón del primer piso, al lado de otros libros de Sciascia y de casi toda la obra de Italo Calvino.

En Negro sobre negro Sciascia no especifica quiénes son los imbéciles, mejor así.

 
AQUÍ HAY LIBROS es una sección de este blog dedica a presentar libros que están al alcance de la mano en las estanterías de la biblioteca de La CALA; en algunas ocasiones utilizaremos para la presentación fragmentos de textos publicados el siglo pasado por Grassa Toro en diarios de provincias.