El recurso del método
Dibujos pintados por Gonzalo Ferreró.
Gonzaló Ferreró decidió tempranamente aumentar la proposición cartesiana que funda la manera de percibir nuestra conciencia; sin renunciar al “pienso, luego existo”, sumó una antología: “creo, luego existo”, “existo, luego creo”,
“juego, luego existo”, “existo, luego juego” y algunas otras más que le han servido para vivir viviendo.
Con estas afirmaciones empieza y acaba el discurso el autor y abre espacio y tiempo para lo que más le importa: el recurso. A Gonzalo Ferreró le importa, por encima de todo, la posibilidad del azar actuando sobre la materia, y la propicia con un método de principios básicos, radicales: nunca copia, ni de la naturaleza, ni de otra imagen, ni siquiera de una imagen mental previa.
Produce con lo que tiene a su alcance en cada momento, condición que incluye el uso habitual de lo que llamamos residuos y restos. Avanza respondiendo a la mancha, la línea, el trazo anterior: descubre qué va a dibujar mientras dibuja.
Este es su método, entre el manual de instrucciones y las reglas del juego, aprovechamiento y disfrute, goce, del recurso, sin apenas lugar para las motivaciones y las finalidades propias del discurso.
Nada más que decir. Todo por contemplar.
En la contemplación el autor desaparece (su presencia nos obligaría), quedamos a solas frente a la obra. Es nuestro turno, ocasión para sentir, descubrir y recordar. Reconocemos el arte gracias a nuestra memoria.
Delante de los dibujos pintados de Gonzalo Ferreró recordamos el arte primero africano; las aproximaciones de Dubuffet al art-brut; las fragmentaciones de la luz de Paul Klee; las decisiones del Grupo Cobra. Es posible que Gonzalo Ferreró recuerde lo mismo que nosotros, pero no hay voluntad en él de que ese recuerdo se convierta en histórico, que ese recuerdo se inserte en un relato donde sea fácil reconocer el antes y el después, las causas y las consecuencias. El autor evita la historia (del arte).
La obra que reúne esta exposición por primera vez es la producción de Gonzalo Ferreró durante el confinamiento obligado por el estado de alarma decretado por el Gobierno de España a causa de la pandemia provocada por la Covid-19. La historia se cuela por cualquier rendija, queramos o no. El arte también.