Prólogo
La CALA es una casa, las casas no escriben. Este blog lo firma Grassa Toro, director y fundador de La CALA. Si un día escribe otra persona se anunciará con tipográfica delicadeza.
No sé si un blog admite prólogo, cuando termine este texto quizás hayamos despejado la duda de lado y lado, usted como lector y yo como escritor. ¿O debo decir redactor?
Prólogo
A este blog irá a parar lo que no ha encontrado otro lugar en el web site que lo aloja. Quizás debería decir lo que no ha encontrado tiempo. Aunque lacala.es está pensado para la navegación lenta, el medio web lleva en su ADN una impronta de frenesí que quizás no sea la más favorable para disfrutar de algunos contenidos.
Estos contenidos: habrá textos, extensos en algunas ocasiones; habrá imágenes, no siempre. ¿Voces? Podría haber voces, y sonidos. Renunciaremos, ya lo han adivinado, al gusto, al tacto y al olfato.
Se dará cuenta la plural actividad de esta casa, cabrá la noticia, el relato y algún pensamiento; confieso que me atrae más esta última opción.
Se rescatarán de los archivos algunos documentos, siempre que hayan mantenido viva una frescura que acredite ausencia de nostalgia.
Y poco más puedo anunciarles. Uno no sabe qué va a escribir en un blog. De eso se trata, de escribir para saber.
Y de caminar.
P.S.: Es más que posible que, en ocasiones, utilice el plural, a pesar de ser yo quien firme a solas. La CALA tiene un imán que atrae el plural, y no pienso ofrecer mucha resistencia.